Para el pintor, las formas abstractas son síntesis y secuencia en líneas, figuras y color que se intensifica dando lugar a una explosión de bermellones, naranjas, verdes, azules que en más de una ocasión, son juegos cromáticos. El jalisciense habría de contrastar la figuración con lo no-reconocible a través de todo aquello que se revistiera de clásico: como ejemplo en la visita al Museo de Arte Moderno, es su obra Apolo y las Musas.
Para la mitología griega, las musas representaban a las diosas inspiradoras de la música, de las fiestas, de las artes liberales, de la propia inspiración.
El Parnaso, Anton Raphael Mengs, 1760- 1761 |
La representación de Soriano sobre el mismo tema es ya parte del arte moderno, del Siglo XX, donde no respeta la figura humana de Apolo ni de las musas, es vanguardismo, rompiendo con la pintura académica de la Escuela Mexicana. En su mayoría, la pintura tiene colores rojos, tonalidades verdes que provoca el volumen en los rostros de las musas. No hay respeto en las figuras femeninas, cuando todas están pegadas una a la otra, pero se puede diferenciar y notar que son las 9 musas de la mitología.
Apolo y las Musas, Juan Soriano, 1954 |
Fuentes:
http://apologicas.blogspot.mx/2010/04/apolo-y-las-musas.html
http://www.aparences.net/es/periodos/neoclasicismo/el-estilo-neoclasico/
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