jueves, 22 de mayo de 2014

Independencia Norteamericana



La gran mayoría de los colonos que llegaron al norte del continente americano, en los primeros tres cuartos del siglo XVII, fueron ingleses, que salieron de su país perseguidos ya sea por ideas religiosas o políticas, pero a partir de 1680, también fueron llegando muchos inmigrantes de Holanda, Alemania, Irlanda, Escocia, Suiza y Francia; de tal modo que, entre fines del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, habianse establecido Trece Colonias que se extendían desde la costa atlántica, al Este, hasta, los Montes Apalaches, por el Oeste, y, desde la peninsula de La Florida, al Sur (pertenecía a España), hasta Nueva Escocia, al norte.

Estas Trece Colonias fueron: New Hampshire, Massachusetts, Connecticut, Rhode Island, New York, New Jersey, Pensilvania, Maryland, Delaware, Virginia, North Carolina, South Carolina y Georgia.

Trece Colonias
Los británicos habían mantenido tradicionalmente buenas relaciones con las Trece Colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte. Unas fueron fundadas directamente por la Corona o explotadas por empresas que comerciaban con productos tropicales; otras nacieron tras el establecimiento de colonos exiliados de la metrópoli por motivos políticos o religiosos. Todas gozaban de un grado aceptable de libertad; regidas por gobernadores de la metrópoli, pero con asambleas o parlamentos que les aseguraban su autonomía.

Hacia 1763 Inglaterra atravesaba una serie de crisis económicas, a raiz de la guerra contra Francia (Guerra de los Siete años), donde si bien es cierto que obtuvo Canadá y la Luisiana, sin embargo el tesoro se vio empobrecido y para resarcirse, el Parlamento dio varias leyes que fueron las que en definitiva precipitaron el proceso emancipador americano. Estas leyes fueron:

La ley de azúcar: En 1764 se aprobó la Ley del Azúcar que imponía impuestos en bienes como el azúcar, el vino, el café, el potasio, la seda y el hierro y que fue recibida con gran malestar en las colonias.

Ley de Impuesto al timbre: Esta ley de 1766, conocida en inglés como Stamp Act, imponía un impuesto sobre toda clase de material impreso. Por ejemplo, sobre anuncios en un periódico, contratos legales como un testamento e incluso sobre barajas de cartas.

Ley Declaratoria: Esta ley, aprobada por el Parlamento británico en 1766 establecía que las colonias estaban subordinadas a Gran Bretaña y que el Parlamento podía aprobar cualquier ley y que ésta sería de obligado cumplimiento en las colonias y para los colonos.

Leyes de Townshend: En un contexto de gran necesidad por parte de los británicos de encontrar ingresos para sus arcas públicas, el Parlamento inglés aprobó estas leyes que imponen impuestos en la importación por parte de las colonias de artículos como el papel, el cristal, el plomo, las pinturas y el té. Los ingleses además impusieron unas cortes de aduanas para garantizar que se cumpliera la ley que resultaron ser notablemente corruptas.

La masacre de Boston: El 5 de marzo de 1770 un grupo incontrolado y numeroso de gente comenzó a tirar bolas de nieve –algunas con piedras de considerable tamaño dentro- a los soldados británicos que custodiaban la Oficina de Aduanas de Boston. Los soldados reaccionaron disparando y matando a cinco colonos.

Mientras que revolucionarios como Samuel Adams pedía agitación, otros, como John Adams, uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, intervino para que la calma no se perdiese y llegó a defender en corte a los soldados británicos, que fueron declarados inocentes o castigados a pequeñas condenas.

El motín del té: En 1773 se le permitió a la empresa British East India vender en exclusividad té directamente en las colonias americanas, pero manteniendo el impuesto creado sobre este producto por las Leyes Townshend.

Aunque esto suponía un ahorro considerable a la hora de comprar té al tratarse de una transacción directa sin tener que pasar por Inglaterra y abonar impuestos extra, los colonistas percibieron que esta medida, a la larga, podía perjudicarse. En realidad puso de manifiesto que los ingleses, si así lo querían podían conceder en exclusividad todo o parte del comercio colonial a quien quisieran.

En este contexto, la British East India Company envió barcos con té a diversos puertos. En Nueva York y Filadelfia se les obligó a regresar a Inglaterra sin descargar el cargamento. Sin embargo en Boston se le permitió amarrar para proceder a descargar.

En diciembre de 1773, varios colonos, arengados por Samuel Adams y disfrazados de indios americanos, subieron a bordo de tres barcos y tiraron al mar los cofres con el té.

Ahora les tocó el turno a los británicos de ponerse furiosos cuando oyeron las noticias del evento conocido como el motín del té. El rey Jorge III llegó a decir que “debemos dominarlos o dejarlos que se gobiernen solos”.

A partir del motín del té ya no hubo marcha atrás. Los ingleses aprobaron las Leyes Coercitivas y los colonos americanos dejaron de un lado la resistencia para pasarse a la revolución.

En 1774, con la celebración del Congreso Continental se inició la Revolución Americana que culminó con la creación de Estados Unidos en 1776 a partir de las trece colonias originales.

Cuando las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias en Norteamérica se volvieron más tensas, los colonos crearon un gabinete en la sombra en cada colonia, con un congreso continental. Cuando había combates en abril de 1775, estos gabinetes en la sombra se encargaron de cada colonia y expulsaron a todos los funcionarios reales. El deseo de independencia aumentó rápidamente en respuesta a las acciones de Gran Bretaña y un panfleto denominado Common sense (‘sentido común’) publicado por Thomas Paine tuvo una gran resonancia, invitando a los colonos a conquistar la independencia total.

El 15 de mayo, la Convención de Virginia, reunida en Williamsburg, aprobó una moción con instrucciones para la delegación de Virginia en el Congreso "para proponer a ese respetable estamento a declarar a la Colonias Unidas, estados libres e independientes, exentos de toda lealtad o dependencia hacia la Corona o el Parlamento de Gran Bretaña". De acuerdo con las instrucciones, el 7 de junio, Richard Henry Lee (representante de Virginia) presentó una resolución de la independencia al Congreso. La resolución, secundada por John Adams, dice en parte:

“Resulta que estas Colonias Unidas son, y de derecho deben ser, Estados libres e independientes, que son absueltos de toda lealtad a la Corona británica y que todas las conexiones políticas entre ellos y el Estado de Gran Bretaña es y debe ser totalmente disuelta.”

Richard Lee y John Adams

La resolución se encontró con resistencias en el consiguiente debate. Los delegados moderados, si bien reconocían que la reconciliación con Gran Bretaña ya no era posible, sostenían que una resolución de la independencia era prematura. Los delegados de la mayoría de las colonias de la zona central (Pensilvania, Delaware, Nueva Jersey, Maryland y Nueva York) todavía no habían sido autorizados por sus gobiernos a votar a favor de la independencia. De esta manera, la continuación del debate sobre la resolución de Lee fue aplazada durante tres semanas. Hasta entonces, mientras que el apoyo a la independencia se consolidaba en las colonias, el Congreso decidió que un comité debía preparar un documento anunciando y explicando la independencia en el caso de que se aprobase la resolución de independencia.

Las cinco partes de la Declaración de Independencia son:
  • Introducción
  • Préambulo
  • Acusación de Jorge III
  • Denuncia de los Británicos
  • Conclusión

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