martes, 20 de mayo de 2014

Real academia de las Bellas Artes de San Carlos de la Nueva España

Antigua Academia de San Carlos


La primera escuela de arte en el Continente Americano, la Academia de San Carlos, cumple este 4 de noviembre 229 años de su fundación. Desde entonces ha sido el centro medular de la creación artística en América, particularmente durante los siglos XVIII y XIX, al constituirse como el semillero de grandes talentos en el mundo del arte.

La Academia de San Carlos inició su labor en la Antigua Casa de Moneda, alrededor del año de 1779, el grabador Mayor de la Casa de Moneda, Jerónimo Antonio Gil, que había estudiado en la Academia de Nobles Artes de San Fernando, fue enviado a México por Carlos III con el objeto de mejorar la producción d ela moneda, y establecer una academia de grabado. Organizada esta escuela, Gil no se conforma y entusiasma a Fernando José Mangino, superintendente de la Real Casa de Moneda, para promover la fundación de una academia de las nobles artes como en España. En lo que se refiere a la arquitectura, los errores cometidos por aficionados locales era un buen argumento: "la necesidad de buenos arquitectos es en todo el reino tan visible, que nadie puede dejar de advertirla; principalmente en México, donde la falsedad del sitio y el acelerado aumento de la población hacen muy difícil el acierto para la firmeza y comodidad de los edificios", informó Mangino.

Convencidas las autoridades locales, ensalzadas las aficiones artísticas de la nobleza y logrados algunos subsidios, se inician las clases en 1781, utilizando provisionalmente el mismo edificio de Moneda (hoy Museo de las Culturas). Carlos III da su aprobación, expide los estatutos, escatima tres mil de los doce mil pesos anuales que le solicita el virrey Mayorga y recomienda el edificio de San Pedro y San Pablo para establecer la Academia. El 4 de noviembre de 1785 se verifica la inauguración oficial de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España. Contrastaba el pomposo nombre con la modestia de los cuartos que ocupó todavía por seis años en la misma Casa de Moneda. Gil es nombrado director general, y enseña grabado de medallas. Envían de la Academia de San Fernando al arquitecto Antonio González Velázquez para dirigir la sección de arquitectura, Manuel Arias para escultura, y Ginés Andrés de Aguirre y Cosme de Acuña como directores de pintura. Más tarde viene Joaquín Fabregat como director de grabado en lámina.

Pero después de 10 años se estableció en lo que fue el Hospital del Amor de Dios, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en el número 22 de la calle de Academia, donde permanece hasta hoy en día. Se trata de un edificio protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que conserva su originalidad. Solamente la cúpula que tiene el patio fue construida en los años 20 del siglo XX, por el arquitecto Antonio Rivas Mercado.

Esta institución fue fundada el 4 noviembre de 1781, en honor al rey Carlos III. Empezó a impartir clases bajo el nombre de Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos: arquitectura, pintura y escultura de la Nueva España. Posteriormente se expidió la Cédula Real el 18 de noviembre de 1784 para constituir la Real Academia de San Carlos de la Nueva España y se difundió la real orden por el virrey Matías de Gálvez el primero de julio de 1785.

El objetivo primordial al fundar la Academia de San Carlos era educar y capacitar a los llamados “naturales”, es decir, los indígenas de la Nueva España. Para ello se invitó a artistas españoles relevantes como Manuel Tolsá para que formaran parte del grupo de profesores que impartieron cátedra, tomando en cuenta los modelos franceses, ingleses y españoles como principal influencia.

El florecimiento de la Academia de San Carlos se dio durante los Siglos XVIII y XIX, pues fue el punto de origen de casi toda la pintura, la escultura y el dibujo que se produjo en México y Centroamérica en ese momento. Al ser la primera escuela de arte fundada en el continente americano durante varios años, tuvo gran afluencia de jóvenes provenientes de otros países que llegaron a conformar una plantilla de estudiantes de alrededor de 400 alumnos.

Durante sus más de dos siglos de existencia, la Academia de San Carlos ha sido el lugar de convergencia entre los artistas más importantes del país. Como formadora, bajo preceptos clásicos y ortodoxos de enseñanza, tuvo una ruptura radical en la segunda década del siglo XX, cuando el arquitecto Antonio Rivas Mercado fue destituido de su puesto como director luego de una huelga instigada en parte por Gerardo Murillo, conocido como el Dr. Atl, en contra de los preceptos anquilosados de enseñanza. De hecho, durante un tiempo Diego Rivera fue director de la Academia.

Algunos de los artistas que han surgido de la Academia de San Carlos son Magali Lara, Gabriel Macotela, Santiago Rebolledo, Jesús Mayagoitia y Luis Nishizawa, quien ha estado ligado a San Carlos como alumno y docente.

Actualmente, en el edificio de la Academia de San Carlos se encuentra la División de Posgrado en Artes Visuales y Diseño Gráfico, la Jefatura de Educación Continua, la Coordinación de Difusión Cultural, distintos talleres, galerías, biblioteca y su Acervo Patrimonial.

A más de dos siglos de existencia, la Academia de San Carlos puede presumir que su nivel académico compite con las mejores escuelas de arte y diseño, ofreciendo una amplia gama de oportunidades.

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