miércoles, 18 de junio de 2014

Paul Gauguin

Eugène Henri Paul Gauguin (1848-1903)
Nació en parís, a los tres años sus padres emigran a Perú y durante el viaje muere su padre. Allí vivió junto a su madre cuatro años hasta que deciden regresar a Francia.

Gauguin abandonó el colegio a los diecisiete años y se hizo marino mercante, el deseo de conocer otras tierras fue en él una constante. Cuando murió su madre en 1868, Gustave Arosa, un rico banquero, se convirtió en su protector legal. Gracias a él, Gauguin fue un agente de bolsa de éxito. Se casó con Mette Sophie, una joven danesa de familia acomodada, tuvieron cinco hijos y llevaron una confortable vida burguesa.

Hacía poco que se había casado cuando se convirtió en pintor aficionado. Al mundo de la pintura también lo introdujo Arosa. Conoció a Pisarro y en 1879 expuso con los impresionistas, participando después en las cuatro últimas exposiciones del grupo. Coleccionó cuadros de Manet, Monet, Renoir y Degas, sus pintores favoritos eran Cézanne y Pisarro, de quienes sus primeras obras presentan claras influencias.

Su carrera financiera quedó interrumpida en 1882 por la crisis bursátil y decide entregarse por completo a la pintura. Viéndose obligado a llevar una vida más modesta, se mudan a Copenhague, donde su esposa cuenta con el apoyo de su familia. Pero el fracaso es absoluto, ya que no encuentra clientes para sus cuadros. Al cabo de unos pocos meses, decide regresar a Francia en compañía de su hijo Clovis, mientras que su mujer se queda en Copenhague con los demás hijos. Este es el comienzo de una época llena de miserias y deudas. La penuria económica le hace abandonar París en 1886, refugiándose en Pont-Aven, un pueblecito de Bretaña, donde conoce al pintor Charles Laval.

Deseoso de romper con todas sus fatalidades, Gauguin envía a su hijo a Dinamarca y emprende viaje a Panamá junto con su amigo. Esta es su primera incursión en el exotismo, pero una enfermedad le obliga a volver a París en 1887, donde conoce a Van Gogh.

Juntos pasarán un tiempo en Arles, pero al no haber entendimiento entre ambos, Gauguin regresa a Bretaña.
Contacta con Emile Bernard, quien le adentra en el Sintetismo, que supone un cambio radical con respecto al impresionismo.

Le hace partícipe en el uso del color, apostando por las áreas planas sin matizar y remarcando los contornos. Lo que hay que pintar es la idea que elabora el pintor después de su experiencia, quitando lo superfluo y reteniendo la esencia. Así se consigue la síntesis de forma y color.

Arruinado y enfermo, Gauguin se embarca en 1891 hacia la Polinesia, con el dinero conseguido en una exposición en el Hotel Brouot, éxito alcanzado gracias a las críticas favorables de Octave Mirbeau. Se establece en Tahití, tratando de huir de la civilización europea y de todo lo artificial y convencional. Empieza también a redactar un relato autobiográfico ("Noa"). Sin embargo, una enfermedad en los ojos, la soledad y la falta de dinero le obligan a regresar a Francia junto a su compañera javanesa Ana. En Francia recibe la inesperada herencia de su tío Isidore, y consigue vender unos pocos cuadros, por lo que regresa ya de modo definitivo a Polinesia.

Las características esenciales de su pintura (en la que sigue usando grandes superficies de colores vivos) no experimentan demasiados cambios. Su primitivismo se atempera por la influencia de algunos pintores neoclásicos como Ingres o contemporáneos como Puvis de Chavannes. Cuida especialmente la expresividad de los colores, la búsqueda de la perspectiva y el uso de formas plenas y voluminosas. Influido por el entorno tropical y la cultura polinesia, anticipa el arte abstracto: simplifica aún más las composiciones dando preponderancia al color y a la idea que el color puede sugerir, su obra adquiere fuerza, lleva a cabo esculturas en madera y pinta sus cuadros más bellos, en especial su obra más importante y de mayor dimensión, que hoy se encuentra en el Museum of Fine Arts de Boston: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?, que él mismo considera su testamento pictórico.

En Tahití, conocerá a Tehura, que se convertirá en su modelo. Está muy inspirado y pinta 70 lienzos en unos pocos meses. Pero tras algunos años de felicidad en los que publica su autobiografía "Noa", problemas administrativos y personales (su hija preferida Aline muere) lo hunden. También tiene problemas de salud: una herida en la pierna que no consigue curar desde 1894 y una crisis de sífilis. Hacia los últimos años de su vida formó pareja y tuvo un hijo, Émile, con Pau'ura, una joven de las Islas Marquesas, pero también contrajo lepra. En 1897 intenta suicidarse, después sobrevive prácticamente en la miseria con una pequeña pensión que desde París le enviaba un marchante.

Decide entonces establecerse definitivamente en las Islas Marquesas para volver a encontrar la inspiración. En 1901, llega a Atuona, en las Islas Marquesas. Cree estar en el paraíso. Pronto se dará cuenta de su error al conocer los abusos cometidos por las autoridades y al tratar de defender a los indígenas. Se dedicó a realizar esculturas "primitivas".

Débil, cansado de luchar, muere el 9 de mayo de 1903.

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